Prohibido salir a calle
Prohibido salir a la calle sorprende no sólo por su temática y punto de vista, sino por la forma como se teje una historia familiar. En un lenguaje depurado, como señala la crítica más exigente, a través de una niña de entre once y doce años, se escuchan las voces de los distintos personajes. La joven protagonista reseña el acontecer cotidiano en su modesto hogar, el mundo de la clase media empobrecida que lucha por mantener un equilibrio, siempre a punto de quebrarse, por una palabra, por una mirada, por el silencio. Situada en la ciudad de Bogotá, a finales de los sesenta y principios de los setenta, lo que verdaderamente ocurre es el tránsito del mundo encantado de la infancia a la crudeza de la vida adulta, de modo que cada frase está cargada de una intensa emoción contenida que se mantiene a lo largo del relato y que pese a la dureza de algunas situaciones, le permite al lector recuperar, mediante el placer de la lectura, el paraíso perdido de la infancia.