La casa imposible
Este conjunto de relatos esta habitado por personajes, por lo general neuróticos y adictos al fracaso, que rinden culto a la belleza y al arte. Se trata, como sugiere la crítica literaria, de una escritura contra la alienación que remueve fuerzas de censura que inciden, bien en la ocupación de los espacios: público o privado, bien en la asunción de roles: femenino o masculino. Aquí tropezamos con muñecas de plástico que deciden hacerse humanas para protestar; con adolescentes que se encuentran ante el abismo y se niegan a saltar, no por miedo a vivir, sino por escepticismo; con niños que juegan con fuego y hombres solitarios que buscan consuelo en la oscuridad. Son criaturas delirantes que, en realidad, juegan con el peligro sin temor a perecer y que como niños recobran la credulidad en lo que se narra y el asombro de lo que se deja narrar. Se trata de cuentos electrizantes, transgresores que nos sumergen en la cotidianidad como antesala del abismo y en los que la narradora muestra una gran destreza en la exploración de unos personajes encadenados a sus obsesiones.